Vinos de Italia

Italia es uno de los países con más tradición vinícola y uno de los que más ha contribuído a la expansión del vino, allí donde llegaba una legión romana llegaba el vino. En 2022 Italia fué el mayor productor mundial de vino, con casi 50 millones de hectolitros, y el segundo país con mayor consumo de vino por cabeza detrás de Portugal. Algunas de sus zonas de producción están reconocidas como Patrimonio de la Unesco.

La historia del vino en Italia comienza a partir del siglo X a.C. En esta época aparecen los etruscos en el centro de Italia, donde dieron su nombre a la Toscana (los etruscos eran llamados tusci por los romanos) y los griegos en el sur, en la zona que los romanos llamaron Magna Grecia. No sabemos con certeza cuando se comenzó con el cultivo de la vid y la elaboración de vino, las primeras evidencias son del año 800 a.C. aproximadamente. Tanto etruscos como griegos producían vino y la zona sur de Italia era llamada Oenotria por los griegos, tierra de vides.

Roma conquista el sur de Italia en el siglo III a.C. y en el siglo I a.C. la zona etrusca. Con los romanos se mejoran las técnicas de viticultura y vinificación y el vino pasa a ser uno de los elementos esenciales de la dieta. Aunque el vino era consumido por todas las clases sociales había notables diferencias entre unos y otros tipos de vino, desde el lora que consumían los esclavos, y que se elaboraba remojando el bagazo de la uva ya prensado y volviéndolo a prensar, hasta vinos como el falerno que necesitaba un mínimo de 10 años de envejecimiento. El vino en Roma se consumía normalmente rebajado con agua y mezclado con hierbas y especias. También era utilizado con fines medicinales y religiosos, como en las bacanales celebradas para rendir culto a Baco.

Con la caída de Roma se produce un importante descenso en el consumo de vino. El cúltivo de la vid se mantiene sobre todo alrededor de los monasterios católicos. Esta época oscura para el vino termina con el inicio del Renacimiento en el siglo XIV, se reactiva la viticultura y se promulgan leyes para proteger y fomentar el vino italiano frente a sus competidores. Ya en el siglo XIX aparecen escuelas enológicas de gran prestigio como la de Conegliano y el Instituto Agrícola San Michele all’Adige. También comienzan a definirse los vinos de las diferentes regiones como Chianti, Barolo o Brunello di Montalcino, aunque es a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando se da el salto significativo en la calidad de los vinos italianos. En 1963 aparecen las DOC y en 1980 las DOGC (Denominazione di Origine Controllata e Garantita).

Actualmente , como en el resto de países europeos, la normativa comunitaria establece tres categorías

• Vino de Távola
• IGP, Indicación Geográfica Protegida, se permite mantener la denominación antigua IGT, Indicazione Geografica Tipica
• DOP, engloba las anteriores DOC y DOGC que pueden seguir utilizándose.

Actualmente hay más de 500 zonas protegidas en Italia repartidas entre las 20 regiones italianas. Las marcadas con (*) pertenecen a más de uan región.

Abruzzo

Basilicata

Calabria

Campania

Emilia Romagna

Friuli Venezia Giulia

Lazio

Liguria

Lombardía

Marche

Molise

Piemonte

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Sardegna / Cerdeña

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Toscana

Trentino – Alto Adige

Umbría

Valle d’Aosta

Veneto