Tempranillo es la variedad de uva más cultivada en España con 202.917 hectáreas, según datos del Ministerio de Agricultura a 31 de julio de 2.021, desbancando por primera vez a la variedad blanca Airén. Es, por tanto, una de las variedades para vinificación más importantes de España y está presente prácticamente en todas las regiones.
La variedad Tempranillo es un cruce natural de la Albillo Mayor y la uva Benedicto surgido probablemente en el valle del Ebro. Su nombre hace referencia a su maduración precoz.
Características
Planta fértil de porte erguido. Muy productiva, sus racimos son compactos, de tamaño medio-alto. Las bayas son pequeñas, de tamaño uniforme y color megro-azul. La piel es de gruesa y la pulpa es blanda, incolora y muy jugosa.
Sensible al viento y a la sequía extrema. Sensible al oídio y medianamente a excoriosis. Potencial productivo medio alto en función del suelo.
Sinónimos
Tiene más de 80 sinónimos. En la Ribera del Duero es conocida como Tinta del País, Cencibel en La Mancha, Ull de LLebre en Cataluña, en Toro Tinta de Toro, en Portugal es conocida como Tinta Roriz o Aragonez, en California es conocida como Valdepeñas.
Distribución geográfica
La Tempranillo está presente en toda España excepto en Asturias. En la DOCa Rioja es la uva más característica, representando casi un 80% de la superficie total de viñedo, en la DOP Ribera del Duero es también la uva principal con el nombre de Tinta del País y está autorizada en casi todas las denominaciones de origen españolas. En Portugal aparece en los vinos de Alentejo, Dâo, Douro, Lisboa y Tejo. En Francia también podemos encontrarla, aunque de las 2.341 hectáreas cultivadas en 1.988 tan sólo quedaban 373 en 2.018. En el resto de Europa aparece de forma minoritaria. En Sudamérica se cultiva sobre todo en la provincia de Mendoza, Argentina, donde representa el 3,4 % de la superficie total de viñedo, y en menor grado en Chile, Méjico y Brasil. También aparece en vinos de Estados Unidos, Canadá, Israel, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.
Historia
Hasta hace poco tiempo una de las hipótesis más aceptadas sobre el origen de la variedad Tempranillo era su relación con la Pinot Noir y la orden cisterciense en el Camino de Santiago debido a sus similitudes tanto en el proceso vegetativo como en su evolución en el proceso de crianza. Sin embargo estudios genéticos realizados en 2012 por Javier Ibañez Marcos, Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino, demostraron que procede de un cruce entre Albillo Mayor (Turruntés en La Rioja) y la variedad Bendicto, prácticamente desaparecida y que se encuentra de forma residual en Aragón. De acuerdo con Javier Ibañez «los datos históricos y genéticos reunidos en esta investigación permiten señalar que la variedad Tempranillo podría haber nacido en el último milenio, probablemente en el entorno del valle del Ebro».
La primera referencia escrita la podemos encontrar en el Tratado de Agricultura General de Alonso de Herrera en 1.513 donde describe la variedad Aragonés, nombre que se sigue utilizando en Burgos y Portugal (Aragonez), como «uva prieta, tiene los racimos grandes y muy apretados y la uva gruesa, son cepas de mucho llevar. Hacen un vino muy retinto y de poca dura y mejora mucho si lo mezclan con otras uvas blancas».
En la segunda mitad del siglo XVIII aparece descrita por primera vez en la Agricultura General de José Antonio Valcarcel entre las variedades cultivadas en La Rioja y Navarra junto con la Garnacha, Mazuelo y Barbés (Graciano).
Posteriormente aparece en todos los tratados españoles sobre la materia como una variedad de origen riojano y ya en el siglo XX, Juan Marcilla (1.954) señala por primera vez su equivalencia con la variedad Cencibel.
Podemos hablar, por tanto, de la Tempranillo como una variedad autóctona riojana.
Potencial enológico
La gran distribución geográfica de la variedad Tempranillo ya nos indica su gran potencial enológico. Su calidad depende en gran medida de su rendimiento, dando excelentes resultados con producciones bajas. Son vinos de acidez baja, ligeros y muy aromáticos. Permite elaborar vinos jóvenes con maceración carbónica y da muy buenos resultados en crianzas en barricas de roble. Los aromas presentes son frutas rojas y negras como la ciruela o la fresa, frutas del bosque y notas florales como violetas y flores silvestres, en barrica desarrollan aromas de vainilla, coco, cacao y regaliz.